Un día, sólamente un día me quedaba para volver a
clase, mi peor pesadilla.
Se me habían pasado muy rápido las vacaciones,
aunque también habia que tener en cuenta que fueron
una mierda, en cuanto al tiempo, ni los padres de Sara
tenían unas vacaciones tan cortas. La principal razón
por la que se me pasó todo tan rápido fue Roberto,
aquel amor imposible por el que un curso entero se me
hizo eterno, pero bueno, eso ya es agua pasada,
al parecer no era tan imposible o tal vez nunca lo fue,
pues este verano he conseguido un hueco en su corazón
y espero que no se cierre nunca.
Creo que ya hacía falta tener un poco de suerte en el
amor, este verano me tocó a mí, ahora son mis amigas
las solteronas.
Bueno, creo que ya es hora de dejar de pensar en lo
que me rodea y centrarme sólo en una cosa:
¿Qué ropa me pongo para esta tarde con Rober?
Me levanté del sofá y me dirií hacia el armario,
este último mes mi única preocupación había sido
elegir la ropa para mis citas con Rober.
Tras probarme veinte conjuntos y vaciar el armario,
salí satisfecha de mi cuarto, cojí las llaves y me dirijí a
casa de Roberto.
- ¡¡Hola Rob-er.. - saludé a Roberto al principio contenta,
pero luego hubo un repentino cambio de tono,
pues vi a Juan salir de la cocina, ¿qué demonios hacía
Juan en su casa cuando habíamos quedado él y yo?
yo seguía sin entender cómo había podido perdonarlo,
lo traicionó, y además, por su culpa estuvo en coma,
pero bueno, se trataba de mi novio, así que tendría
que soportar eso a partir de ahora.
- Hola guapa - me respondió dándome un beso y
llevándome hacia el salón.
- Esto... ¿estáis juntos?
- Sí - le respondí fríamente a Juan - em...
¿no le habías dicho nada? ¿llevamos un mes y
tú llevas una semana viéndolo y no le habías dicho nada?
- No llevo una semana viéndolo, le ví hace una semana,
que es otra cosa, ais mi Nerea que se pica por todo.
- Tonto.
- Tonta. - me respondió Rober con una sonrisa y con un
beso en la mejilla.
- Te quiero Rober - le dije sentándome a su lado en
el sofá.
- Ahora vengo voy un momento a sacar la basura.
- Va... - esta cita no podía ir peor, al menos no era la
primera, ni la segunda ni la tercera, ya había confianza,
llevábamos ya un mes, pero es que llegar y encontrarme
con Juan y encima que se vaya Rober a sacar la basura...
- ¿Me pasas mi móvil? está allí en la mesa - me dijo Juan
pidiéndome su mierda de móvil.
- Toma.- le volví a habalr fríamente. - ¿qué miras?
- Nada... gracias, por cierto, vienes muy guapa...
- Gracias, tengo novio, y es tu mejor amigo,
bueno si se le puede llamar así.
- Sólo te he dicho que estás muy guapa, no te he
pedido matrimonio.
- Y mejor que no lo hagas.
- ¿Si no? Porque como lo hicera no sabrías con quién
quedarte ¿no?
Por un momento me quedé sin saber ni qué responderle,
porque pensándolo bien, no, no sabría con quién
quedarme, Juan me gustaba desde hacía mucho,
pero Roberto ahora era mío y además con Juan
lo había pasado mal.
- Pues sí, sí lo sabría, me quedaría con... Rober,
contigo no pintaría nada, ni me lo pensaría,
te diría que no inmediatamente.
- Me parece bien, al menos tienes las cosas claras,
bueno, que me piro, que no pinto nada aquí,
ya os dejo solos a Rober y a ti, ¿contenta?
- Sí, muy contenta.
- Adiós.
- Adiós.
- ¿Te vas ya? - le preguntó Roberto a Juan que justo
cuando él iba entrando Juan iba a salir.
- Sí, tengo cosas que hacer en casa, nos vemos.
- Va tío, nos vemos.
- ¿Qué te pasa Nerea?
- Nada ¿por?
- No sé, te noto rara.
- Jaja no, no me pasa nada.
- Que no pensaba quedarme con Juan,
estaba esperando a que vinieras para hacer tiempo,
no creerías que iba a cambiar una cita contigo por una
con él ¿no? ¿vemos una peli?
- Vale - le respondí sonriendo y tombándome el sofá
apoyada en su pecho.
Y así una tarde más con Rober, solo que diferente a
las demás, Juan me había hecho dudar, volver a dudar,
pero no por él, sino por otra cosa, ya no sentía lo mismo
que sentía el curso pasado, cuando era sólo un amor
imposible, ahora que lo conocía bien, y que llevábamos
ya un mes juntos se me hacía más pesado todo,
pero bueno, suponía que a lo largo de la peli se me
pasaría, sólo serían pensamientos tontos míos.
Terminaría de ver la peli, cenaría con él y luego me iría
a casa y al día siguiente... clases de nuevo.
Que la suerte me acompañe...
Tweet |
No hay comentarios:
Publicar un comentario