Qué difícil era levantarse un lunes lluvioso a las 7 de la
mañana para ir a clase, pero en parte tenía ganas,
era un nuevo curso, había ganas de empezar ya
segundo de bachillerato, aunque ya pasada una semana
querría salir huyendo de ese instituto, sería ver un libro
y darme de cabezasos contra lo primero que se me
pusiera delante.
Me levanté de la cama como si el cuerpo me pesara
100 kilos más de lo normal y fui hasta el baño,
me duché e hice todo lo necesario antes de salir de casa
y me dirijí a la puerta, donde esperaría a Blanchee para
ir juntas a clase.
me duché e hice todo lo necesario antes de salir de casa
y me dirijí a la puerta, donde esperaría a Blanchee para
ir juntas a clase.
- ¡Buenos días Nereaa!
- Buenas, ¿a qué se debe tanta energía? yo sigo con la
lengua pegada al paladar y los párpados cerrados...jaja.
- Jaja ya lo veo, pues la energía que tengo ahora mismo
es poca comparada con la que gasté anoche...
- Ay madre... a ver... ¿a quién te has tirado ahora? jaja.
- ¡Bien! ¿Cómo lo has sabido?
- ¿Porque eres Blanchee podría ser?
- También... jaja. Bueno te cuento, me lo tiré en la
discoteca anoche.
- ¿Pero quién fue el... afortunado?
- Uy... pues no sé su nombre, solo sé que tenía un pene
grande.
- En fin... jajaja.
- Bueno, ¿qué quieres que te cuente? ¿quieres detalles?
- No, no, no hace falta, sólo te preguntaba que quién
era el chico, los detalles déjalos para tu diario.
- Jo, vale, como quieras. - me respondió con la misma
sonrisa que tenía desde que llegó a mi portal.
- ¡Bien! ¿Justo cuando llegamos a la puerta del insti
deja de llover?
- Jaja, así de gafe eres Nereita. Bueno nos vemos en el
recreo, suerte, a ver qué retrasados nos han tocado en
clase...
- Yo este año no estoy con Rober, se ha cambiado de
clase, qué pena... Venga nos vemos luego, dale un beso
a Pilar de mi parte cuando llegue, y no me llames
Nereita que sabes que lo odio.
Al entrar en clase no encontré nada interesante,
nadie nuevo, empecé por mirar en la segunda fila y allí
estaba el grupito de las pijas que no soporto, detrás el
idiota de Juan y el resto de sus amigos - tendría que
dejar de odiarlo ya - y cuando volví la vista adelante
otra vez, vi a un chico nuevo, que puso sus cosas en la
mesa de al lado de la mía.
nadie nuevo, empecé por mirar en la segunda fila y allí
estaba el grupito de las pijas que no soporto, detrás el
idiota de Juan y el resto de sus amigos - tendría que
dejar de odiarlo ya - y cuando volví la vista adelante
otra vez, vi a un chico nuevo, que puso sus cosas en la
mesa de al lado de la mía.
- Hola, ¿te importa?
- No, para nada, si estoy sola. - le respondí con una
sonrisa.
- ¿Cómo te llamas?
- Nerea ¿y tú?
- Sergio, encantado. - Parecía un chico muy simpático,
además era guapísimo,era alto, de complexión atlética,
tenía pelo oscuro, ojos marrones, de facciones definidas
y agradables a simple vista.
En cuanto Blanchee lo viera, le entrarían acostarse
con él, me entraban hasta a mí...
- ¿Sergio decías que se llama no? Mmm interesante...
¡joder qué bueno está!
¡joder qué bueno está!
- Jaja Blanchee tenía que ser... pero es verdad eh,
está muy bien, uy mira cómo te mira Nerea,
como le vea tu novio... jaja, dios cómo me cuesta
llamarle "tu novio" a eso.
- Oye guapa, con mi Rober menos eh! jaja, joder es
verdad, me va a gastar con esa mirada, dios me
encantan sus ojos.
- Hola - intervino Roberto dándome el morreo de mi
vida delante de Sergio, supongo que se habría dado
cuenta de cómo me miraba.
- Uy, qué apasionado estás hoy.
- Pues claro, contigo siempre. - me respondió aun sin
quitarle la mirada de encima a Sergio.
- ¿Qué miras tan atentamente? - le pregunté haciéndome
la tonta.
- Al perroflauta ese, que no sé qué coño mira.
Bueno me voy que ya ha entrado mi profe, te amo. -
me volvió a dar otro beso y Sergio dejó de mirar y se
metió en clase, yo fui detrás de él, me senté a su lado y
así estuvimos en total silencio hasta que entró la
profesora...
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