- ¿No te dije que te olvides de mí?
- ¿Por qué eres así Roberto?
No lo entiendo, ayer parecías otra persona,
¿por qué me llamaste? ¿De dónde sacaste mi número?
- Olvida esa llamada...
- ¡No! No la olvido y responde a las preguntas que te hice.
- No tengo nada que responderte, déjame.
Después de una pausa se volvió a girar y me respondió.
- Te llamé para pedirte los deberes de física,
no es nada de otro mundo, el que no haya sido borde
un día contigo no significa nada, además,
estuve así porque estaba con otro chaval que
también los necesitaba pero le daba corte pedírtelos
y me dio tu número para que lo hiciera yo.
Ya te he respondido ¿contenta?
- Sí... - le respondí de mala gana.
Volví a darme la vuelta y apoyar la mano sobre mi cara,
del lado donde estaba él sentado,
no quería ni saber que estaba allí,
o al menos eso quería hacerle creer,
porque en realidad me llenaba el simple
hecho de saber que estaba sentado a mi lado.
Quería darme la vuelta y mirarlo,
sería capaz de pasar horas así,
de meterme en aquellos ojos marrones
y hacerle ver cuánto me gusta.
Podría pasar horas, quizás días observando sus labios,
imaginándolos tocar los míos, pero sería soñar demasiado...
Ring...
Ring...
Por fin se acabó la clase, se me había hecho eterna,
llegaba a durar 5 minutos más y el corazón me estallaba,
pues durante toda la clase me estuvo latiendo con más
fuerza que nunca y las manos me temblaban.
Tendría que irme acostumbrando, ya que ese sería
Tweet |
No hay comentarios:
Publicar un comentario