Amor, celos, amistad, confusiones; eso y muchos más

problemas rodean a Nerea,
la protagonista de la

historia,
pero soñará y tratará de conseguir todo

aquello que se proponga
y afrontará, o por lo menos

intentará afrontar sus problemas, siempre al lado de

sus mejores amigas Blanchee y Pilar.

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FRASE DE LA SEMANA

FRASE DE LA SEMANA

Querido destino: si él no es para mí
¿por qué lo pones en mi camino?


Frases Textos


Capítulo 61



Sólo quedaban tres días para terminar el instituto, 

ya no tenía más esperanzas de volver a sentarme 

a su lado en clase, ya no tenía esperanza de nada,

mi vida se había venido totalmente abajo. 

Había pasado ya un mes y ya todo el instituto 

sabía lo que le había pasado a Roberto, 

pero todos lo habían superado, todos, 

incluido Juan, que además de superarlo se
 
había ido a vivir a Murcia con Natalia, 

pero yo no lo conseguía, de hecho cada día lo 

pasaba peor, ya no sabía qué hacer, lo veía todo 

gris, sólo quería que él estuviera aquí.
 
Pasé varios días, tardes y noches en el hospital 

contemplándolo, susurrándole cosas, diciéndole 

lo mucho que lo quería, pero me sentía inútil…
 
Efectivamente, pasaron los tres días y él seguía 

sin volver, aquella noche no fui a la fiesta de
 
fin de curso a la que iría todo el instituto, decidí 

pasarla en el hospital, llorando y hablándole a
 
alguien que no tenía ni idea de que le estaba 

hablando, pero lo importante era estar con él.
 
- No puedo seguir así, tengo que asimilarlo, 

no va a volver… ¿Por qué todo es tan injusto?
 
Quiero llevar una vida como la de mis amigos, 

no la mía, ellos ahora son felices, y mientras
 
tanto mi felicidad ahora está perdida en esa 

camilla… Lito está con Álvaro, Sara con Álex, 

Pilar con Cano, Blanchee con Hugo, Natalia se ha 

fugado con Juan, Karina con uno de su pueblo,
 
todos tienen a alguien y no tienen ningún problema, 

yo sería feliz por lo menos sabiendo que Roberto va

a salir del coma y va a seguir viviendo, 

pero eso no lo sé…
 
Estaba agotada, llevaba días sin dormir, 

y tanto llorar me tenía muy mal, así que caí

rendida en el sofá que había frente a la cama 

donde se encontraba Roberto y quedé

profundamente dormida con una última cosa 

en mi mente “No te engañes y déjame ser tuyo, 

sólo tuyo”
 
Aquella frase siempre la recordaría…
 
Pero lo que mejor recordaría sería aquella noche, 

aquel momento en el que desperté y vi una
 
silueta y aquellos ojos marrones tan familiares 

observándome fijamente, y acercándose a mis
 
labios: la noche más feliz de mi vida…

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