Era el tercer día de clase, hoy sí que tendría que fijarse en
mí, era lo único que pedía, que me dijera por lo menos
un simple "hola", quería escuchar una palabra suya
dirigirse hacia mí,tan sólo una.
Cuando iba a salir de casa para ir al instituto me llamó
Blanchee para decirme que Pilar y ella se iban caminando,
que las esperara en mi portal.
-¡Roberto!¡Roberto!¡Roberto!Rooobertooo- gritaba emocionada
mientras iba hacia ellas.
- ¿Y a tí qué te pasa?¿Ese tal Roberto no será tu chico
- ¿Y a tí qué te pasa?¿Ese tal Roberto no será tu chico
imaginario no?- Me preguntó Pilar intrigada.
- Síiii, se llama Roberto, ¿sabes la cantidad de veces que he
- Síiii, se llama Roberto, ¿sabes la cantidad de veces que he
repetido ese nombre?
- Me lo imagino..., en un segundo ya lo has repetido cuatro
- Me lo imagino..., en un segundo ya lo has repetido cuatro
veces jaja- dijo Blanchee.
-Jaja. Y adivinad cómo he descubierto su nombre.
- No sé, ¿cómo? - preguntaron Pilar y Blanchee a la vez.
- Pues ayer cuando entré a clase me quedé como
-Jaja. Y adivinad cómo he descubierto su nombre.
- No sé, ¿cómo? - preguntaron Pilar y Blanchee a la vez.
- Pues ayer cuando entré a clase me quedé como
una tonta mirándolo sin darme cuenta de nada,
sólo me centré en mi mundo happy
pensando en él y entonces la bruja de lengua me
dijo delante de toda la clase:
"Nerea deja de mirar a Roberto y saca tus cosas,
que ya hemos empezado la clase"- dije imitando la voz de la
profesora en tono de burla.
- Jajajajajjaja no quiero imaginar tu cara después de eso. - me
dijo Pilar riéndose como loca.
- Pues yo no quiero recordarla.- le respondí mirándola mal.
Íbamos tan despacio que cuando llegamos al instituto ya había
- Pues yo no quiero recordarla.- le respondí mirándola mal.
Íbamos tan despacio que cuando llegamos al instituto ya había
sonado el timbre, pero llegamos a clase justo antes
de que entrara el profe de inglés.
Por fin la primera clase de inglés en este curso,
eran las mejores clases con Blanchee y Pilar.
Si ya adoraba esa clase, ahora más aún, pues el profe nos había
cambiado de sitio, a Blanchee delante de Roberto, y a Pilar y a
mí detrás de él, ahora podría mirarlo toda la clase.
- ¿Este es el que aparece en tus sueños? - me preguntó
Pilar con tono de burla.
- ¡Sí!- le respondí super contenta.
- ¡Eh Blanchee! - le gritó Pilar desde su sitio - ¿tienes
- ¡Sí!- le respondí super contenta.
- ¡Eh Blanchee! - le gritó Pilar desde su sitio - ¿tienes
pañuelos para la baba de Nerea?
Blanchee se partió de risa y yo las miré mal pero riéndome
también, y él ni se inmutaba de mi presencia...
Estuvimos toda la clase hablando y riéndonos Pilar,
Blanchee y yo, como siempre,
cómo había echado de menos esas clases.
Al fin se habían terminado las clases, ahora
Al fin se habían terminado las clases, ahora
a seguir la rutina diaria: llegar a casa, comer,
pensar una hora en él, hacer deberes, seguir
pensando en él y... pensar en él.
Pero esa tarde sería diferente a las demás...
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