- Nerea...yo...hace unos días que quiero decirte algo,
pero no sé...me resulta tan complicado...yo...
- ¿Qué pasa Roberto? ¿Tú qué? Vamos dilo ya,
no sé por qué tantos rodeos si al final siempre es lo mismo.
- ¿Qué es lo mismo?
- Que siempre me haces daño, cada una de tus palabras
destruye una parte de mí, prefiero que no me hables
nunca a que me hieras con cada cosa que me dices.
- Lo siento...pero nunca ha sido mi intención herirte, o sí...
pues si de verdad te duelen mis palabras me estás
demostrando que me quieres. Y yo te quiero.
Y así mis labios se fundieron en un apasionante
beso con los suyos.
No me lo podía creer, era IMPOSIBLE,
estaba besándome con él, con ROBERTO,
tenía que ser un sueño, no podía ser real...
Tweet |
No hay comentarios:
Publicar un comentario