Amor, celos, amistad, confusiones; eso y muchos más

problemas rodean a Nerea,
la protagonista de la

historia,
pero soñará y tratará de conseguir todo

aquello que se proponga
y afrontará, o por lo menos

intentará afrontar sus problemas, siempre al lado de

sus mejores amigas Blanchee y Pilar.

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FRASE DE LA SEMANA

FRASE DE LA SEMANA

Querido destino: si él no es para mí
¿por qué lo pones en mi camino?


Frases Textos


Capítulo 29




Después de la tarde de ayer con Sara, no desperté como todas 

las mañanas, por una vez no me importaba llegar a clase y 

sentarme al lado de Roberto, me sentía segura, me sentía con el 

valor suficiente para llegar a clase y no taparme la cara para 

no mirarlo, como siempre. Esta vez le plantaría cara y no 

estaría nerviosa.


Pero no fue así... Al entrar sentí cómo  esa sensación que había 

sentido a diario volvía a invadirme. Todo cambiaba cuando lo 

veía, de repente ya no era la Tierra quien me sostenía, sino él. 


Notaba cómo empezaban a temblarme las manos, con las manos me 

temblorosas me tapaba la cara, me ponía muy nerviosa, no era 

capaz de mirarlo, sólo quería desaparecer de allí.


Finalmente me armé de valor y lo miré, y estuve así un rato.


- ¿Qué pasa. me estás haciendo una radiografía?


Simplemente me limité a darme la vuelta, sin decir nada, sin 

ponerme roja y sin volver a taparme la cara.


Tal vez Sara tenía razón, era un idiota, pero aun siendo así, me 

gustaba y cada vez más...


Ese día se me hizo eterno, como muchos otros, pero esta vez lo 

noté más; Blanchee estaba enferma y no fue al instituto, Pilar 

tenía que ir al médico y Sara la acompañó, así que me quedé 

sola, sola y rayada...


La tarde ya se me pasaría más rápido, o al menos eso quería 

creer, pues la principal razón por la que las mañanas se me 

hacían eternas era por Roberto.


Comí, tardé horas con los deberes, estuve un rato con las 

chicas, ya que no las había visto por la mañana y ya tarde, 

después de aquella aburrida rutina diaria me acosté, al igual 

que todas las noches a pensar en mis rayadas.


Últimamente me acostaba pronto, pues tardaba horas en dormirme y 

antes teníoa que despejar mi mente.


Cogí el móvil para ver la hora y de repente sin saber cómo ni 

por qué me ví llamando a Roberto...

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