A empezar un nuevo y eterno día, ahora no sabía
con qué cara entrar a clase y encontrarme con él.
Entonces llegaron Blanchee y Pilar
y me hicieron bajar de mi nube.
Después de contarles lo ocurrido con Roberto
el día anterior sonó el timbre para entrar a clase.
Cuando entré en clase, tarde como siempre,
el profesor nos estaba cambiando de sitio y me encontré
con lo que menos me hubiera gustado encontrarme
en ese momento: nos había puesto juntos...
¡Genial! Vaya forma de comenzar el día.
Al sentarme, a su lado, separó su mesa de la mía.
Ya volvía a ser el mismo borde...
Me estuve planteando si aquella llamada había
sido real o estaba tan cansada que
me había quedado dormida y todo había sido un sueño.
¡No podía ser verdad! ¿Roberto? ¿Roberto llamándome? ¿A mí?
Además, ¿de dónde había sacado mi número?
Me pasé toda la clase planteándome esas preguntas y
haciendo un gran esfuerzo por no mirarlo, pero me
resultaba casi imposible, era como si tuviera un imán y no
Tweet |
Sólo quería decirte que pese a no tener muchos seguidores sigas escribiendo. La historia es muy creíble y le podría ocurrir a cualquiera, me encanta. Quizás te hace falta un poco más de retórica, pero éso llega solo con el tiempo. (:
ResponderEliminarGracias :)
ResponderEliminar